Un Gran Amor no se sobre dimensiona con la eterna utopía
de lo perfecto, se vive naturalmente, él habita
cada instante de nuestra efímera vida como si siempre hubiese estado ahí, siendo un Ser yuxtapuesto que es cómplice, amigo, leal y compañero,
no es necesario buscar para encontrar su nombre,
ya que, indefectiblemente, se manifestará cuando sea su momento,
y, una vez llegado, no hay distancia ni muerte capaz de alterar su esencia
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