Hoy quisiera contarles de un Autor cuya Obra merece ser recordada. Su nombre es Mario Luis Descote. Nació en Argentina en 1900. Su Poesía se inspira en el hombre de las grandes urbes que sufre y se angustia en medio de la indiferencia de los otros. De ahí que su obra no pueda ser jubilosa, pero tampoco cae en el fácil coro de angustias existenciales tan al gusto de la época.
De su poemario extraemos: "El Arribo" (1936), "Romance de la partida y otros poemas" ( 1937), "Mar" ( 1938), "Diálogos" ( 1939), " La vida entre los dedos" ( 1946), "Cuentos para leer a las 22,30" ( 1949), "Vientos de hoy" ( 1953), "Poemas para lo desconocido" ( 1961). Este último fue premiado con la faja de honor de la S.A.D.E.
Aquí les dejo un poema que elegí, por su certero contenido y por la capacidad de expresar una profunda sensibilidad ante la vida de los semejantes. Todo expresado magistralmente, para mi gusto, por su Autor. Realmente, un poema hermoso.
Poema para un Desconocido
Nunca estreché tu mano ni conozco tu rostro,
pero lo recuerdo en una multitud
o en un hombre solitario.
Transitamos, quizá, la misma acera,
amamos las mismas cosas
y acaso moriremos en el mismo segundo.
Pero ni tú ni yo existimos para el uno u el otro.
Sin embargo; existimos.
Englobados en estadísticas demográficas,
ocultos en cualquier etcétera,
en la contemplación del mismo paisaje,
en similares admiraciones
o en la palabra hombre.
Podría ser tu amigo, pero no soy tu amigo.
Soy apenas un hombre que pasa a tu lado,
indiferente como el viento
que divide los seres y las cosas
en busca de claridad;
aunque alguna vez, sorpresivamente,
mi cigarrillo reclamó tu fuego en plena calle, sin mirarte a los ojos.
y al alejarnos, tú hacia el Norte y yo, hacia el Sur,
fuimos hombres nuevos que inauguraron
el definitivo desencuentro.
A veces te contemplo, solitario,
en un café que bulle de gente que se evade;
y a veces estás triste, envuelto en las palabras
que muerden tu cerebro y tu sangre.
Palabras para tu amada o para tu amigo.
Y a veces no estás triste.
Entonces te contemplo como si fueras una ola
desprendida del mar y suspendida en el espacio.
Pero al nombrarte, me uní a tu destino.
Aunque nunca lo sabrás, porque ignoramos siempre
de dónde viene el bien que no palpamos,
o dónde se detiene el viento para dividir los seres
y las cosas en busca de claridad.
Me uní a tu destino.
Entonces ya no importa si no estreché tu mano,
ni conocí tu rostro,
o si pasé a tu lado indiferente como el viento.
Autor: Mario Luis Descote
Comentarios
Pero es cierto!, a todos nos une el destino. Ya no importará si nos estrechamos alguna vez la mano, o simplemente, ni nos fijamos el uno en el otro.
Un gran poema!!!.
Mi abrazo para ti, querida amiga!!.
Excelente poema y buen autor.
Abrazos amiga.
un cordial saludo
gracias por tu presencia Tino.
Un cordial saludo
Un abrazo amiga