
Este Domingo contamos con la presencia de una Gran Autora cuyo estilo deja profundas impresiones en el corazòn de quien la lee. Su forma franca, su mensaje claro y su habilidad en el dominio de las diferentes culturas, la hacen trascender en el universo de las Letras.
Su nombre real es Carmen Miuris Rivas. Nos confiesa que no le gusta hablar de sì misma. Dice que es sòlo una mujer que escribe sus pensamientos, que transmite lo que siente por medio de palabras.
Cree que las letras nacieron con ella un 7 de Septiembre de un año cualquiera. Es oriunda de Repùblica Dominicana y desde sus años de infancia, fue especialmente sensible a manifestaciones que tuvieran como objetivo la narraciòn de historias y las poesìas
Sus estudios de Gestiòn Cultural, la llevaron a ser parte integrante del rescate de las raìces de su tierra Santiago de los Caballeros. Descubriò, al ser encargada de Relaciones Pùblicas y Difusiòn Cultural en un Archivo Històrico, su apego a la investigaciòn Històrico- Literaria.
En la Actualidad, su vidad se bifurca entre dos ciudades, Dominicana y Sevilla.
Segùn sus palabras: Mi corazòn es un hemisferio dividido entre las aguas del Caribe y el legendario Guadalquivir. En Sevilla se encuentra la mitad de mi lado maternal, la otra parte junto a mi, Sístole y Diástole, las dos máximas creaciones que Dios hizo crecer en mi cuerpo. Por otro lado, Sevilla es el hábitat de mi lado pasional, de mi instinto y amor de mujer, entre tanta distancia y tan grandes amores, responde mi inspiración siempre rebelde y exaltada.
Escribir es parte de su vida. Gusta mucho de la narrativa, la prosa lírica y poesía, con menos inclinación hacia el cuento y las narraciones breves, aunque también ha incursionado en ambos.
Los invito a visitar su Blog llamado Mis Vendimias, uno de mis predilectos y al que visito todas las noches, porque me encanta su contenido y lo actualiza casi a diario.Si hacen Click en el tìtulo de esta entrada iràn directo, ahì descubriràn a Miuris y su cosecha de sentimientos. Conoceràn a una de las Grandes Autoras Contemporàneas y su fructìfera Obra.
La oscuridad se esfumó de repente, fue como un despertar, como si irrumpiera la aurora en plena noche, disipando la sombra.
Surgieron las luces destellando en la incandescencia de su resplandor y en lo alto del firmamento, sublimizaban los astros.
Y lejos en el espacio, la incestuosa pasión de dos estrellas, que en amoroso beso se enlazaban. Ardientes y fugaces se escapaban para amarse a solas y el cielo constelado, se hizo su cómplice cubriéndolas con una nube, mudo testigo del éxtasis sideral.
Por la ruta de las estrellas, iban los amantes, la carretera inmensa ante ellos, un camino de sal y nieve que ante sus ojos plenos de amor, se tornó poesía.
Como un manto blanco caían los copos de nieve, que mezclados con el fulgor de las miradas, parecían avanzar hacia el concilio concertado.
Era una caravana que del cielo a la tierra entrelazó eslabones bajo una cascada de diademas, manteniendo atados los corazones que suspiraban en amoroso cautiverio.
Fue el día de la rebelión del camino, que entretejió la llanta en explosión con la tarde tachonada de nieve y a esta con la noche encendida de plata.
Fría mañana, fría la tarde, fría la nieve y como niños jugábamos con ella, lanzándonos los copos y corriendo a abrazarnos, a guarecernos ante dos tazas de café, con cuyo humo, calentábamos el alma.
Cuando llegó la noche, la luna emocionada dejó caer de su centro, ángeles enamorados que en el clímax de un extraño frenesí, poseían doncellas encantadas, cobijados por diminutas centellas que como un manto nupcial, los abrasaba con su fuego.
Era un Apocalipsis indescifrable y mágico, una Babel donde solo atinábamos a mirar al infinito esperando una nueva hazaña.
Un enigma para los que no tienen fantasía, que jamás entenderían cómo puede escapar el alma por un agujero y aventurarse en intrincados laberintos, para conmocionada de emociones, sentir el roce ardiente de una estrella que trémula se posa y nos transmigra la conciencia, nos hace cerrar los ojos y flotar en el éter.
Jamás llegó a ser tan real lo ignoto, como esa tarde-noche en que se abrieron las puertas del cielo y bajaron escaleras para que ascendieran por ellas los amantes, a formar un poético contubernio con las estrellas, para bajar en idílico abrazo, poseídos de la paz que solo sienten los predestinados.
Miríadas de cirios encendidos prestaban su calor para conducirlos, eran como fabulosas Valquirias que transportaban héroes, para depositarlos en el Valhalla, sobre mullida alfombra edificada con pétalos de perfumadas rosas.
Autora: Carmen Miuris Rivas
Comentarios
Esta prosa que presenta aquì es particularmente significativa para su Autora.
Miuris se alegrarà de tus palabras, estoy segura.
Gracias y besos a Paloma