Hoy quiero contarles de un Autor cuya poesía perdura en el tiempo y en los corazones de los amantes de su forma literaria.
Oliverio Girondo nació en Buenos Aires en 1891. Vivió en Europa durante diez años, una vez que regresa a Buenos Aires, vuelve cada año a visitar la tierra que lo vio crecer.
Su pasiòn por la poesía se despierta tempranamente. A lo largo de su vida, funda varias revistas literarias. Estuvo casado con Norah Lange, célebre Poetisa vanguardista
Entre las Obras de Oliverio podemos mencionar: Veinte poemas para ser Leídos en el Tranvía, Calcomanías, Campos Nuestros, En la Masmédula.
En todos ellos destaca por su estilo vanguardista, agresivo, característica que lo torna sobresaliente. No respeta formas ni fondos y a veces llega a planteos visuales extremos. Su obra marca un hito no superado en la lengua española. Su influencia sobre las generaciones futuras es decisiva.
Fallece en 1967.
Aquí les dejo un fragmento de su Obra, espero les agrade:
Oliverio Girondo nació en Buenos Aires en 1891. Vivió en Europa durante diez años, una vez que regresa a Buenos Aires, vuelve cada año a visitar la tierra que lo vio crecer.
Su pasiòn por la poesía se despierta tempranamente. A lo largo de su vida, funda varias revistas literarias. Estuvo casado con Norah Lange, célebre Poetisa vanguardista
Entre las Obras de Oliverio podemos mencionar: Veinte poemas para ser Leídos en el Tranvía, Calcomanías, Campos Nuestros, En la Masmédula.
En todos ellos destaca por su estilo vanguardista, agresivo, característica que lo torna sobresaliente. No respeta formas ni fondos y a veces llega a planteos visuales extremos. Su obra marca un hito no superado en la lengua española. Su influencia sobre las generaciones futuras es decisiva.
Fallece en 1967.
Aquí les dejo un fragmento de su Obra, espero les agrade:
Nocturno
Frescor de los vidrios al apoyar la frente
en la ventana. Luces trasnochadas que al apagarse
nos dejan todavía más solos. Telarañas que los alambres
tejen en las azoteas. Trote hueco de los jamelgos
que pasan y nos emocionan sin razón.
¿ A qué nos hace recordar el aullido de los gatos
en celo y cual será la intención de los papeles
que se arrastran en los patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan
para sacarse las mentiras, y en que las cañerías
tienen gritos estrangulados, como si se asfixiaran
dentro de las paredes.
A veces se piensa, al dar vuelta la llave de
la electricidad, en el espanto que sentirán las
sombras y quisiéramos avisarles para que tuvieran
tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a
veces las cruces de los postes telefónicos, sobre
las azoteas, tienen algo de siniestro y uno quisiera
rozarse a las paredes, como un gato
o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos nos pasaran
la mano por el lomo y en las que súbitamente se
comprende que no hay ternura comparable
a la de acariciar algo que duerme.
!Silencio!- grillo afónico que se nos mete
en el oído-!Cantar de las canillas mal cerradas!
-único grillo que le conviene a la ciudad-.
Frescor de los vidrios al apoyar la frente
en la ventana. Luces trasnochadas que al apagarse
nos dejan todavía más solos. Telarañas que los alambres
tejen en las azoteas. Trote hueco de los jamelgos
que pasan y nos emocionan sin razón.
¿ A qué nos hace recordar el aullido de los gatos
en celo y cual será la intención de los papeles
que se arrastran en los patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan
para sacarse las mentiras, y en que las cañerías
tienen gritos estrangulados, como si se asfixiaran
dentro de las paredes.
A veces se piensa, al dar vuelta la llave de
la electricidad, en el espanto que sentirán las
sombras y quisiéramos avisarles para que tuvieran
tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a
veces las cruces de los postes telefónicos, sobre
las azoteas, tienen algo de siniestro y uno quisiera
rozarse a las paredes, como un gato
o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos nos pasaran
la mano por el lomo y en las que súbitamente se
comprende que no hay ternura comparable
a la de acariciar algo que duerme.
!Silencio!- grillo afónico que se nos mete
en el oído-!Cantar de las canillas mal cerradas!
-único grillo que le conviene a la ciudad-.
Autor: Oliverio Girondo
Comentarios
Gracias, Mariela, yo también te sigo.
Besos.