De niña, tuve la fortuna de tener una abuela maravillosa llamada Blanca Arminda. Su bondad y su amor me acompañan siempre.
Pensando en ella, un día escribí:
-DULCE NIÑA MIA, ESCUCHA CON ATENCIÓN MIS CONSEJILLOS Y CONSÉRVALOS CERCA DE TU CORAZÓN Y TU MEMORIA . RECUERDA SIEMPRE CUÁNTO TE HE AMADO:
Nunca hagas nada con la intención de dañar a nadie, si lo haces, la culpa te encadenará a tus acciones y verás que la más lastimada serás tú.
Ten piedad con tus semejantes, no todos tienen en la vida las mismas posibilidades.
Ponte siempre en el lugar del otro, tal vez así logres entender sus verdaderas motivaciones.
No te sientas mejor que nadie, todos tenemos aspectos dignos de admiración y de respeto.
No Juzgues, si lo haces, el boomerang volverá por tí y te alcanzará, recuerda que lo único perfecto es Dios.
En una discusión, habla sólo cuando los demás hayan expuesto sus verdades, escucha con atención, y con la fuerza de la claridad fundamenta tu verdad, mas no quieras tener siempre la última palabra, que la obtengas no necesariamente significa que la razón esté de tu lado.
Si alguna vez eres objeto de agravio o injuria, devuelve el gesto con una sonrisa y retírate como una dama, no pierdas el tiempo en actitudes contestarias, pero defiende con uñas y dientes tu honor.
No seas ni demasiado ingenua ni demasiado perpicaz, la astucia desmedida no es exactamente una virtud.
Mira siempre a través del cristal del amor, sólo así verás la belleza de la vida.
Esfuérzate en tus tareas, supérate en tu profesión, pero sobre todo, ocúpate en demostrar afecto a las personas que amas, no los descuides ni por tus obligaciones ni por tus distracciones.
Perdona...siempre perdona, el perdón es el remedio natural para las almas heridas.
Vive amando, bajo ninguna circunstancia te arrepientas de haber amado, pues sólo el amor que des te hará feliz y será lo único que te acompañará el resto de tu vida.
Pensando en ella, un día escribí:
-DULCE NIÑA MIA, ESCUCHA CON ATENCIÓN MIS CONSEJILLOS Y CONSÉRVALOS CERCA DE TU CORAZÓN Y TU MEMORIA . RECUERDA SIEMPRE CUÁNTO TE HE AMADO:
Nunca hagas nada con la intención de dañar a nadie, si lo haces, la culpa te encadenará a tus acciones y verás que la más lastimada serás tú.
Ten piedad con tus semejantes, no todos tienen en la vida las mismas posibilidades.
Ponte siempre en el lugar del otro, tal vez así logres entender sus verdaderas motivaciones.
No te sientas mejor que nadie, todos tenemos aspectos dignos de admiración y de respeto.
No Juzgues, si lo haces, el boomerang volverá por tí y te alcanzará, recuerda que lo único perfecto es Dios.
En una discusión, habla sólo cuando los demás hayan expuesto sus verdades, escucha con atención, y con la fuerza de la claridad fundamenta tu verdad, mas no quieras tener siempre la última palabra, que la obtengas no necesariamente significa que la razón esté de tu lado.
Si alguna vez eres objeto de agravio o injuria, devuelve el gesto con una sonrisa y retírate como una dama, no pierdas el tiempo en actitudes contestarias, pero defiende con uñas y dientes tu honor.
No seas ni demasiado ingenua ni demasiado perpicaz, la astucia desmedida no es exactamente una virtud.
Mira siempre a través del cristal del amor, sólo así verás la belleza de la vida.
Esfuérzate en tus tareas, supérate en tu profesión, pero sobre todo, ocúpate en demostrar afecto a las personas que amas, no los descuides ni por tus obligaciones ni por tus distracciones.
Perdona...siempre perdona, el perdón es el remedio natural para las almas heridas.
Vive amando, bajo ninguna circunstancia te arrepientas de haber amado, pues sólo el amor que des te hará feliz y será lo único que te acompañará el resto de tu vida.
Autora: Blanca Arminda Castro
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