Dentro de las composiciones en verso de género épico narrativo encontramos finalmente La leyenda, que tiene por característica que puede darse en prosa y se distingue por ser una narración más o menos fantástica basada en tradiciones y costumbres populares.
Ejemplo:
La Leyenda de la Monja
Tiene la flor del aire, entre las avecillas nativas, una compañera, un ser como ella, blanco con su misma blancura y de plumaje suave como sus hojas. Llámanle en mi tierra la Monja, porque siempre vive triste, piando tan bajo como si parase en secreto, y porque nunca se ha sabido de cierto la novela de sus amores ni de su mundo, diríase que es también otro espíritu huérfano, errante, en busca de una redención prometida o condenada a llorar por las selvas del mundo la perdida aventura.
Ella no huye de los hombres, sino cuando se acercan a tocarla, y entonces parece en su fuga una hoja seca, una pluma de cisne levantada por el aire pasajero. El alma de la gente montañesca es poética, sensible y ha indagado la historia del pajarillo melancólico, sabe que fue una joven enamorada de un imposible, de un caballero del bosque, de un Lohengrin de ignorado y quizá celestial origen; vivieron muchos años juntos las canciones más apasionadas, pero de un amor ideal y místico que nunca debía convertirse en fuego del humano.
Su idilio era así tan delicioso como íntimo, deslizábase a las orillas de las silenciosas vertientes, a la sombra de los aromos; alimentábanse de las plantas silvestres y bebían el licor de las flores en la hora del alba, cuando en el fondo de los cálices aparece depositado como en copitas de cristales de colores. Empezó un día el caballero a ponerse triste y pensativo; callaron en su garganta los cantares, y una sombra tenaz oscurecía sus ojos transparentes. Y una tarde, fue en la primavera, mientras encima de una roca contemplaban el fuego de las nubes alrededor del sol poniente, oyó el caballero misterioso una nota penetrante, como de música religiosa, que brotase de un templo aéreo; sintió un mágico fluído correr por la sangre y durante un breve sueño que nubló los ojos de la amiga, convirtióse en un pájaro de pintadas plumas y emprendió el vuelo hacia donde parecía surgir la música extraña... Despertó la virgen de su sueño y viéndose sola, púsose a llorar desesperada, loca, delirante; luego corría hasta el borde desde donde podía divisar horizontes remotos; llamaba y llamaba sin cesar, sin oír otra respuesta que la del eco burlón y cruel, que la engañaba siempre, repitiendo cien veces sus llamamientos quejumbrosos e inútiles. Cuando había pasado la noche, recorriendo las cumbres, implorando a los astros y a los vientos, se sintió desfallecer, apagarse su voz, y cual si se evaporase su carne de rosa entre los perfumes de la alborada, cayó su cuerpo extenuado sobre un tapiz de flores rústicas...
Y de allí surgió después una avecilla blanca como la virginidad, y ceñía su cuello impalpable una cinta negra, como símbolo de una eterna despedida. !Ah! Desde entonces vaga y vaga por todas las comarcas. asentándose en los árboles a mirar hacia el fondo de los llanos, sobre la flor de los empinados cardones que coronan las últimas rocas del cero y así vivirá sin término, llorando en secreto su dolor, hasta que, convertida en rayo de luz, se desvanezca en la irradiación del astro del día.
Y de allí surgió después una avecilla blanca como la virginidad, y ceñía su cuello impalpable una cinta negra, como símbolo de una eterna despedida. !Ah! Desde entonces vaga y vaga por todas las comarcas. asentándose en los árboles a mirar hacia el fondo de los llanos, sobre la flor de los empinados cardones que coronan las últimas rocas del cero y así vivirá sin término, llorando en secreto su dolor, hasta que, convertida en rayo de luz, se desvanezca en la irradiación del astro del día.
Autor: Joaquín V. Gonzalez
( Argentino- 1863-1923)
Ver: Fábula y Balada
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Comentarios
jorgemaseda.blogspot.com
Es una leyenda muy bonita y un claro ejemplo de lo que es este género en la literatura.
Un abrazo.